A map cannot be the territory

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The commissioners of Barruelo de Santullán are great storytellers and always have a story at the tip of their tongues to delight the ears of anyone who is curious.

Today Lourdes, one of the commissioners, said that she would like the commission to be filled with ‘happy memories’. And that is what has been happening in this group since we first met and started working together. The project exudes the aroma of the past, but not to revel in it, longing for a time that will never return, but rather to take note of the experiences of those who came before us in order to live a kinder present and future. ‘Becoming aware of the hands that came before us’ was said in the first session in February. And, little by little, a certain idea for the commission is taking shape.

Rubble, ashes, empty lots, ritual, working with what is no longer valid (human and more than human), restorative justice, a cemetery that moves, memory capsules, ‘being from’ and ‘living in’, finding the circle to become a community again or the impact on the ‘polis’. These are some of the concepts we have been working with over the past few months and which, today more than ever, have been present in our desires.

We have marked these wishes on a map to try to explain to the other commissioners where we think it would be best to place our commission for the entire community of Barruelo de Santullán. But since the map is never the territory, after this exercise we went out to visit these places as if on a tourist trip, placing a small sign at each location. Imperceptible to eyes other than our own, but important because we have already begun to place our wishes outside of a map.

Las comitentes se reúnen en la cuarta sesión de trabajo y comienzan a pensar sobre el encargo y a situarlo en el territorio

Las comitentes de Barruelo de Santullán son unas grandes contadoras de historias y siempre tienen una en la punta de la lengua para deleitar el oído de alguna persona curiosa.

Hoy Lourdes, una de las comitentes, ha dicho que le gustaría que el encargo estuviese repleto de “memoria alegre”. Y eso es lo que lleva sucediendo en este grupo desde que empezamos a conocernos y a trabajar. El proyecto destila el aroma del pasado, pero no para deleitarse en él añorando un tiempo que no volverá, sino tomando nota de las experiencias de las personas que nos precedieron para vivir un presente y un futuro más amable. “Tomar conciencia de las manos que nos precedieron” se dijo en la primera sesión durante el mes de febrero. Y, poco a poco, cierta idea de encargo va tomando forma.

El escombro, las cenizas, los solares vacíos, el ritual, trabajar con lo que ya no vale (humano y más que humano), la justicia restaurativa, un cementerio que se mueva, las cápsulas de la memoria, “ser de” y “vivir en”, encontrar el círculo para volver a ser comunidad o la incidencia en la “polis”. Estos son algunos conceptos con los que hemos ido trabajando a lo largo de estos meses y que hoy, más que ningún día, han estado presentes en nuestros deseos.

Y estos deseos los hemos situado en un mapa para intentar contar al resto de comitentes en qué lugar creemos que sería bueno emplazar nuestro encargo para toda la comunidad de Barruelo de Santullán. Pero como el mapa nunca es el territorio, tras este ejercicio salimos a recorrer estos lugares como si de una visita turística se tratara, situando una pequeña señal en ese lugar. Imperceptible a unos ojos que no sean los nuestros, pero importante porque ya empezamos a situar fuera de un mapa nuestros deseos.